Tragedia del Camping de Biescas
- laszapatillasdelucia
- 23 jul 2020
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En agosto de 1996 sucedió la que puede ser recordada como la mayor catástrofe natural en España. Nos situamos en los Pirineos, en el “Camping las Nieves” de Biescas, donde una tarde cualquiera murieron 87 personas y muchas más resultaron heridas.
Lo que ocurrió hace 24 años se debe a una continuidad de malas decisiones. La primera fue la autorización de construcción del camping.
El camping estaba construido en lo que se llama un “cono de deyección” una forma de modelado por los ríos en forma de abanico o cono, la cual pertenece a la zona inundable por un río. Si esto hubiese pasado en la actualidad, aquel que firmó ese permiso de obra estaría en la cárcel. Pues, aun con informes que desaconsejaban la construcción y con antecedentes de inundaciones en ese lugar, el camping se realizó.
Antes de la tragedia, para el control del cauce del río, y evitar colmataciones en el embalse de “La Peña”, se realizaron repoblaciones de árboles con la intención de fijar el suelo y evitar la erosión y se realizaron además pequeños diques en el cauce del río para frenar las riadas.
El 7 de agosto de 1996 se produjo una gran tormenta en la cabecera del río, apenas duró 10 minutos, pero el agua que caía era mucha y lo hacía con gran intensidad. Ni las reforestaciones, ni las presas construidas pudieron frenar lo que estaba por venir, pues los pequeños diques construidos a lo largo del cauce estaban al borde de la colmatación, llenos de sedimentos, lodos y colonizados por la vegetación de ribera, en cuanto el primero de ellos reventó, el resto lo siguió. Esto hizo que la inundación no fuese una simple riada, sino que al agua se le añadieron todos esos lodos, sedimentos, rocas y troncos que se encontraban en las presillas, agrandando el desastre.
Entre 122.000 y 136.000 toneladas de materiales fueron arrastrados, arrasando con el camping, llevándose a su paso a 87 personas e hiriendo a otras 187. Los cuerpos fueron arrastrados aguas abajo hasta un embalse a 17km del camping, y encontrando cadáveres hasta un año después de la tragedia.
Finalmente, en 2005, se condenó al Estado, por la Confederación Hidrográfica del Ebro, y a la Diputación General de Aragón como responsables de la tragedia y a la indemnización de las víctimas del camping.
Esta tragedia nos hace pensar que con una firma no basta para la realización de un proyecto, los estudios y los profesionales que los realizan están ahí por algo más que para cobrar, están ahí para aplicar todos sus conocimientos y evitar que un proyecto afecte al medio, tanto como el medio lo afecte a él.
De haberse hecho caso a los estudios que afirmaban dónde se estaba situando ese camping, de haber revisado el archivo de anteriores tormentas en la zona y dónde se situaba la zona de inundación, en definitiva, de haberse hecho lo que se debía de hacer, esto no hubiese pasado.
Es curioso que esta historia se repita varias veces en el Grado de Ciencias Ambientales, en asignaturas técnicas como Geología o Conservación de Suelos, pero también en asignaturas sociales, para evitar más daños de los que ya se han producido en todo el mundo.

Imagen: El Norte de Castilla
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