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Reservas de la Biosfera

  • Foto del escritor: laszapatillasdelucia
    laszapatillasdelucia
  • 17 dic 2020
  • 2 Min. de lectura

Los Espacios Naturales Protegidos es posiblemente el escenario en el que más se han implicado los países en cuanto a tratados internacionales, marcando de esta forma las pautas un pasito más lejos de la legislación estatal de cada país.


Estos tratados internacionales son acuerdos entre gobernantes de distintos países o entre organizaciones internacionales, que tienen como objetivo alcanzar el consenso en temas muy concretos. Concretamente en materia de Espacios Naturales es una gran oportunidad para garantizar su conservación.


Uno de estos espacios que conocemos todos son las Reservas de la Biosfera, pero ¿sabemos realmente qué significa pertenecer a una Reserva de la Biosfera?


En este caso es un título que otorga la UNESCO dentro del “Programa de la UNESCO sobre el Hombre y la Biosfera” con la intención de promover y demostrar que en un lugar determinado existe una relación equilibrada entre los seres humanos y la biosfera.


Cada una de estas zonas, pese a ser categorizada por una organización internacional, está regulada dentro de las competencias del país en el que se encuentra, por ejemplo, en España se regiría por la legislación española. Pese a ello, todas están incluidas dentro de una Red Mundial, en la que los estados participan de forma voluntaria.


Las Reservas de la Biosfera deben procurar ser lugares de excelencia para demostrar métodos de conservación y desarrollo sostenible, cumpliendo algunas características.


Deben tener una función logística, lo que quiere decir que deben ser una plataforma para un seguimiento de los ecosistemas, formación, investigación. Es muy importante que cuenten con una función conservatoria, en la que se tenga como objetivo mantener la diversidad biológica, los recursos genéticos y la conservación de los ecosistemas en buen estado.

Por último, deben incorporar una función de desarrollo, en la que los locales otorguen una garantía y sean responsables del buen estado de este lugar, mejorando en cierta manera sus condiciones económicas y sociales.


En resumen, no se trata de una conservación en la que haya que aislar un espacio, sino que la singularidad de este lugar, viene precisamente de la mano de la interacción entre el ecosistema y la población local.


No es el primer artículo en el que hablo de esta interacción, y es que muchos de los ecosistemas que tenemos en nuestra cabeza vienen precisamente, o han sido modelados por la acción responsable del hombre, querer aislar los ecosistemas como si en ningún momento hubiese existido una relación estrecha entre los hombres y la misma naturaleza no es una tarea sencilla y no es una tarea de conservación íntegra.


¿Por qué cambiar o intentar cortar de raíz una relación sana del hombre con la tierra?


Precisamente estos lugares de los que os he hablado hoy, abogan por la conservación sin excluir al ser humano de la ecuación, conservando esas tradiciones que han permitido la conservación del ecosistema desde hace siglos, se conserva también el hábitat y las especies que lo integran.



 
 
 

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