Sistemas mediterráneos
- laszapatillasdelucia
- 2 abr 2020
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El clima que encontramos en la Península Ibérica es el clima Mediterráneo, pero, aunque tenga este nombre y se conozca así a nivel mundial, no solo aparece en la cuenca mediterránea, también aparece en la costa oeste de Chile y Norteamérica, costa suroeste de África y el suroeste de Australia, por lo que vemos que aparece en todo el mundo, aunque los países más representativos sean los que rodean al Mar Mediterráneo.
Este clima se caracteriza por tener una temperatura media anual entre 8 y 20ºC, tener entre 4 y 10 meses de verano (considerándose verano los meses con una temperatura media superior a 10ºC), contrastes térmicos marcados, con frío en invierno y calor en verano y precipitaciones concentradas en otoño-invierno-primavera, acumulando más de 300 mm.
La estrategia típica que sufren los bosques es la esclerofilia, es una característica muy curiosa que actúa por conveniencia de la planta. En este caso, necesita perdurar en un clima estacional y con un gran estrés hídrico, puesto que hay sequía estival, caracterizándose por la disminución de las precipitaciones en verano. Tanto los inviernos como los veranos son intensos y los bosques presentan hojas todo el año, puesto que no tienen tiempo para su fabricación. Las hojas tienen una gran protección por tejidos para aguantar todo el año, y algunas de las estrategias especiales de las hojas es que sean pequeñas, espinosas o con pequeños pelitos para guardar la humedad. Las formaciones típicas del bosque mediterráneo son las encinas.
Además, en el campo mediterráneo encontramos gran cantidad de plantas herbáceas anuales, las cuales viven durante la época propicia y al finalizar la misma mueren, reponiéndose al año siguiente, produciendo en los pastizales una gran diversidad florística.
En la región africana, con una gran diversidad biológica y varios millones de años de antigüedad, es común un ciclo cada 5 o 10 años de incendios, siguiendo el fuego un papel ecológico fundamental, generando un espacio abierto, propicio para el desarrollo de muchas especies y confiando la nueva formación al efecto dispersante de semillas de mano de las hormigas.
En el caso de la fauna del sistema mediterráneo, juegan un papel fundamental los herbívoros domésticos para el mantenimiento, debilitando la proliferación de otras especies leñosas. Debido a la gran diversidad de especies, encontramos muchos endemismos, especies que sólo aparecen en una región, y especies clave en este ecosistema.
En estas regiones hay una gran diversidad faunística, en el caso de la cuenca mediterránea, el conejo actúa como especie clave de mantenimiento, si desaparece, muchas especies caerían con él, como es el caso del Lince o algunos tipos de rapaces.

Imagen: Cuenca
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