La guerra del agua
- laszapatillasdelucia
- 31 ago 2019
- 3 Min. de lectura
La zona del bajo Alberche se encuentra comprometida este verano, aunque es un tema recurrente a lo largo de los años durante la época estival. Esto tiene que ver con la sequía que sufre nuestro país y en este caso los dos grandes protagonistas son, por un lado, la provincia de Ávila, y del otro, la Comunidad Autónoma de Madrid, representada por el organismo que tiene el poder del agua en la misma, Canal de Isabel II.
El abulense río Alberche, en la actualidad y desde hace ya muchos años, es el encargado de suministrar a la Comunidad de Madrid un alto porcentaje del agua total de la comunidad, en números se traslada a un 38,95%, una cantidad muy alta teniendo en cuenta que el río discurre por otra comunidad autónoma totalmente independiente. Este transvase, o cesión de agua, se debe a dos concesiones que la Confederación Hidrográfica del Tajo confirió a Canal, para utilizar el recurso de dos embalses abulenses.
En esta época de sequía esta concesión se ha reducido al 50%, pudiendo en este caso desembalsar la mitad de agua de la que desembalsaban hasta ahora, esto es debido a la escasez de agua que sufre el río Alberche, además de que el abastecimiento de agua a la zona se encuentra comprometido en estas épocas del año. En cuanto a esta limitación, Canal ha recurrido, alegando que es su responsabilidad garantizar el suministro de Madrid y que sin esas concesiones no será posible.
Pero, ¿nadie se ha preguntado qué opina la población a la que esto afecta realmente?
Las localidades del bajo Alberche, próximas a los embalses de “El Burguillo” (situado íntegramente en la provincia de Ávila) y “San Juan” (compartido entre la provincia y la Comunidad de Madrid), lo consideran un ejercicio abusivo y ven en peligro su abastecimiento y el progreso de esas localidades, siguiendo, una vez más, el problema de la España vacía (o vaciada). Estos embalses son un gran reclamo turístico para estas áreas rurales, puesto que en ellos está permitido tanto el baño, como la navegación, y debido al alto porcentaje desembalsado hacia Madrid, están sufriendo una grave crisis en su sector, que año tras año, se va agravando. Es un ejemplo más en el que el lugar en el que se encuentra el recurso no puede aprovecharlo para su desarrollo, puesto que zonas, mucho más desarrolladas, lo explotan y trasladan.
Los datos no hacen más que confirmar esta explotación. El embalse del Burguillo, actualmente se encuentra al 36,32%, a su vez, San Juan, está al 32% de su capacidad, mientras que Valmayor, embalse que recibe las concesiones sobre el río Alberche, se encuentra al 59,40%.
Desde la zona del bajo Alberche estamos llenando un embalse que ya cuenta con recurso y que aumenta día a día, el mismo porcentaje que nuestros pantanos bajan. Creo que es imprescindible revisar estas concesiones, estudiar las necesidades reales de ambos conjuntos de población, y, de ser necesario ese transvase, hacerlo progresivamente en función de esas necesidades y no simplemente por almacenar.
La Diputación de Ávila se ha puesto manos a la obra y, de forma unánime, han aprobado una moción en la cual, no solo rechazan este ejercicio, sino que insisten en la colaboración de todos los órganos de gobierno para poder llegar a un acuerdo.
Cabe destacar el dato, para mi parecer, más alarmante de todo este entramado de concesiones. El embalse de El Burguillo tiene una capacidad de 197,7 hm3, las dos concesiones con las que cuenta Canal de Isabel II para transvasar agua desde el río Alberche a los embalses de la Comunidad de Madrid, cada año, suman un total de 219,80 hm3.
Desde pequeña he escuchado historias de cómo se construían estos sistemas de elevación, de cuál era su funcionamiento y su uso. No es raro, es algo muy conocido en la zona. Siempre he pensado que para qué se hacían, si ya tenían agua en el pantano de destino. La respuesta siempre era la misma, “hay que abastecer a Madrid, es importante”. Al entrar de lleno en Madrid y en la universidad, mi pregunta era la misma, la respuesta no variaba mucho, se añadían matices, pero la esencia era la misma. Acabé la universidad y dejé de preguntármelo, ya había aprendido cómo funcionan las cosas y había estudiado mucho sobre la España vacía, sobre el desprestigio al medio rural desde las ciudades, sobre el abandono que sentimos todos los que vivimos en él. Ojalá, algún día, nuestro desarrollo esté en nuestra mano y seamos capaces de gestionar nuestros recursos, ser competitivos económicamente y poder preservar nuestros pueblos.
Imagen: embalse del río Becedas en El Hoyo de Pinares
El problema del agua ya es crónico en este territorio, como en muchos otros. Los usos del agua se han priorizado en función de la población o actividad económica de la zona. En determinadas zonas como levante la población, que se dispara aun mas en el periodo estival, el consumo de agua no puede ser soportado por el medio, por lo que se trasvasa agua desde otras zonas para poder completar esa demanda. En Madrid ocurre algo parecido, primándose el consumo de la capital sobre los alrededores.
Enhorabuena Lucia! BUEN TRABAJO. Suerte🍀🍀🍀