Gentrificación
- laszapatillasdelucia
- 11 sept 2019
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Hace unas semanas, participé en una jornada en la que se comentó un tema que aparece repetidamente en nuestras vidas. El turismo, pero visto desde otro modo, en esta conferencia se realizaba un repaso sobre las experiencias turísticas sostenibles, sobre todo, las que se centran en el medio rural.
Me pareció un punto muy interesante desde el cual tratar el medio rural, por lo que no dudé en presentarme a ellas, pese a no ocupar más de diez asientos en el recinto reservado para tal fin.
Voy a realizar un pequeño resumen sobre lo que se habló en esta charla, sus aspectos más interesantes y mi opinión al respecto.
En primer lugar, se comentó la aparición del turismo en España, la cual data de la década de los 60 y 70, además de un aspecto muy reseñable, la población local genera gran cantidad de servicios para los turistas, y se crea una gran brecha social entre el turista y el local. Hoy en día somos observadores de algunos movimientos en contra del turista en numerosas ciudades, no solo españolas, sino también europeas, en las cuales la población local se ha visto desplazada y con un impedimento para vivir, puesto que se han potenciado, en esos lugares, las necesidades turísticas por encima de las locales. Este proceso es conocido como “Gentrificación”, y viene dado no solo por las masas de gente que visita una ciudad, como se ha visto por ejemplo en Venecia, donde se han visto la necesidad de crear una capacidad de carga y prohibir el paso a los canales a todas las personas que la sobrepasen, además viene dado por la valoración del turismo, puesto que se hace de forma cuantitativa, apostando por el número de personas. Visto de este modo, se prima la cantidad de turistas, más que la economía de los negocios de la zona de turismo. Por otro lado, el punto de vista de la población local ha sido pensar en una pérdida de identidad, no sentirse representados por su ciudad, en muchos casos natal, o en otros de residencia.
En España nos hemos visto a su vez necesitados de acotar una gran parte de nuestra historia, naturaleza, costumbres y en definitiva de nuestra vida a la vida turística. La globalización hace que cada día millones de personas se desplacen, crucen fronteras, y en nuestro caso, tenemos un gran potencial turístico.
Para cuidar no solo nuestras ciudades, sino sus monumentos, los espacios naturales o las costas de nuestro país ha sido necesario en muchos casos restringirlos para poder preservarlos. Crear un turismo más selecto, apostar por la calidad y no por la cantidad, con tan solo una capacidad de carga adecuada para un determinado espacio, de unas cuantas personas al día, evitando masificaciones.
Creo que de esta forma vamos en el camino correcto, pues en muchas ocasiones no somos conscientes de lo que tenemos y cuando por fin lo somos, ya es demasiado tarde.

Imagen: Mercadillo medieval de Ávila 2019, cedida por Pablo Silvano González
Un problema que se reproduce a lo largo de España, y que afecta a todo tipo de ciudades, donde si prima la cantidad frente a la calidad. Cada día se ve como es necesario apostar por un turismo de calidad que deje beneficios en la economía local y que sea sostenible con las poblaciones y el medio que visitan.