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Espacios emocionales

  • Foto del escritor: laszapatillasdelucia
    laszapatillasdelucia
  • 14 nov 2019
  • 2 Min. de lectura

Hemos llegado al final de esta serie sobre despoblación rural. No puedo negar que esté implicada con este asunto, porque me toca. El texto que voy a presentar hoy son exactamente las conclusiones de mi TFG, no pienso que sea necesario modificarlo, porque estoy orgullosa de mi trabajo y de toda la gente que se implicó en él de forma activa, como alguno leeréis este artículo, desde aquí os lo quiero agradecer.

Más que conclusiones a un trabajo demográfico, son conclusiones a un trabajo de vivir y experimentar, de escuchar y respetar opiniones. Espero que en esta serie muchos os hayáis visto reflejados y los que no, hayáis pensado un poco en qué está pasando en nuestros pueblos. Me quedo con una aportación de mi tribunal que literalizo: "Tu trabajo desprende mucho amor".


El medio rural siempre ha sido un valor para toda aquella persona que proviene de él, un lugar del que presumir, un espacio lleno de vivencias y, como no, de complicidad. Todo el que vive en un pueblo y quiere a su pueblo, por muy lejos que se vaya, siempre va a volver a sus raíces. Esto tiene que ver con la identidad y con el enraizamiento, además de con un aspecto muy importante, la elección de pertenecer al mundo rural.


Quizás desde hace ya mucho tiempo se ha empezado a desprestigiar este medio rural, de tratar a todas esas personas con inferioridad, sin saber la suerte que tiene cualquiera de esas personas, por el hecho de poder seguir viviendo allí.


Desde hace años, mucha gente se ha visto en la necesidad de abandonarlo, de irse a la ciudad a poder encontrar una vida, porque es muy difícil prosperar en el medio rural. Y si de cierta forma se facilitase, en forma de servicios, muchas personas tendrían libertad para poder elegir verdaderamente donde quieren vivir. Y es que, sin ciertos servicios y facilidades, se hace muy complicado el asegurarse la vida en el medio rural, por muy enraizado que estés, tarde o temprano se volverá un lugar al que ir de vacaciones o a visitar a la familia, no un lugar para vivir, ¿seremos capaces de cambiar eso?


Se ha empezado a vivir como si los pueblos no fuesen parte de España, dejando de lado a un gran número de habitantes que viven en el medio rural y que no son escuchados, ¿A caso el medio rural vive tan lejos de las ciudades que nos hemos acabado olvidando de él?

La cultura de nuestro país nace de cada uno de sus pueblos y centralizando todos los servicios, todas las comodidades en puntos estratégicos estamos haciendo que se pierda esa tradición, apostando por estos lugares, apostando por los pueblos, se integran territorios y se promueve el desarrollo de todas las regiones del país por igual.


Para concluir, no hace falta decir nada más, hace falta un empujón desde todos los que viven fuera de él, pero viven gracias a él, y desde todos los que queremos seguir viviendo allí y queremos seguir siendo humanos y disfrutar de ello, hace falta respetar y escuchar a todos los habitantes. Al fin y al cabo, cada uno de nosotros pertenece a un pequeño espacio emocional, y para una gran parte de la población, ese espacio son los pueblos.


Imagen: Hoyo de Pinares

 
 
 

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