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El lobo en Yellowstone

  • Foto del escritor: laszapatillasdelucia
    laszapatillasdelucia
  • 18 jun 2020
  • 3 Min. de lectura

Hoy vamos a hablar sobre un caso muy curioso, un gran hito para la ecología en nuestro mundo tal cual la conocemos, vamos a ver cómo la desaparición de una especie desencadena una serie de acciones y qué es lo que pasa una vez vuelve esa especie a una zona con el mínimo contacto humano.


Esto sucedió en Estados Unidos, en el Parque Nacional de Yellowstone.


Yellowstone fue declarado Parque Nacional en el año 1872, es considerado el primer Parque Nacional del mundo y ha servido de preludio a todos los países que hoy cuentan con este tipo de protección para sus distintas zonas. Este parque es mundialmente conocido por su actividad geotérmica o sus géiseres, pero entraña multitud de procesos y hoy vamos a ver alguno de ellos.


En el Parque Natural, las especies que lo habitaban no tuvieron mucha suerte al principio de sus tiempos, pues en unos años los grandes depredadores, como los lobos o los pumas, fueron eliminados en el año 1926, además de las grandes desapariciones de especies desde el descubrimiento de América desde Europa.


La eliminación de estos depredadores tuvo una acción directa sobre sus presas, puesto que los ciervos se hicieron con el control del parque, a la vez que crecían masivamente iban acabando con la vegetación, erosionando el suelo y, en definitiva, cambiando completamente el paisaje y la geografía de un espacio.


A partir del año 1995, y tras una eliminación de la especie de 70 años, se empiezan a reintroducir ejemplares de lobo en el Parque Nacional, como consecuencia de una masificación de las poblaciones de ciervos y la imposibilidad de controlarlas con la caza.


Inmediatamente las pequeñas poblaciones de lobos introducidas acabaron la masificación de los ciervos, pero no solo eso, sino que segregaron a la especie, la desplazaron haciendo que ocupase un menor espacio del que ocupaba hasta ahora, ya que dejaban libres las zonas en las que eran presa fácil para los lobos.


En segundo lugar, empezó un cambio mucho más significativo en el paisaje. Aumentó el número de árboles y creció la masa boscosa debido a la reducción considerable de herbívoros, esto provocó que apareciesen aves de todo tipo e incluso el establecimiento de aves migratorias.


Especies como los castores, que son unos grandes modificadores del paisaje, se reestablecieron en el parque, creando presas que sirven de hábitat para muchas otras especies como las nutrias.


Los lobos desplazaron también directamente a los coyotes, lo que hizo que aumentasen los pequeños mamíferos como los ratones o los conejos, que servían de alimento a rapaces, comadrejas y zorros, los cuales se volvieron a instalar en el parque.


La carroña que dejaban los lobos sirvió además de alimento para águilas y osos, aunque estos últimos también aumentaron su población gracias al aumento de arbustos que los proporcionan frutos.


Esto se conoce como “cascada trófica” y se trata de un proceso ecológico en el que una especie situada en lo alto de la pirámide trófica genera una serie de consecuencias en el nivel inmediatamente inferior y así se hace un gran cambio en toda la pirámide, recomponiendo la complejidad de las redes tróficas.


Pero la reintroducción del lobo no supuso solo un cambio a nivel paisajístico y ecológico en cuanto a especies, sino que llevó a cabo una transformación geográfica.


Al bajar la erosión del suelo y aumentar la masa boscosa provocando la estabilidad del suelo, se generó un cambio en el comportamiento de los ríos, estabilizando su curso y a su vez los ecosistemas asociados a ellos, con la creación de zonas de laguna y encajamientos en valle.


Muchas veces no nos preocupamos demasiado por la extinción de una especie o por la pérdida de otra en una zona muy específica. Muchas veces no entendemos todo lo que conlleva esa desaparición. En Yellowstone, una zona alejada del hombre, en la que no hay actividades humanas, la reintroducción de un depredador natural provocó la estabilización de todo un ecosistema. En España, aunque se trata de una especie distinta, seguimos teniéndole mucho miedo al lobo, o hay gente interesada en que sigamos teniéndole miedo.


Imagen: Parque Nacional de Yellowstone

Fuente: Off the Beaten Path

 
 
 

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