ECOETIQUETAS
- laszapatillasdelucia
- 25 jun 2020
- 3 Min. de lectura
En cada mercado, página web, empresa que visitamos vemos un montón de etiquetas, generalmente de color verde, con símbolos asociados al reciclaje, con dibujos de árboles, de mares…
Estas etiquetas se llaman Eco-Etiquetas, se definen como una forma de etiquetado por la cual se hace referencia al desempeño ambiental de cierto producto. Su objetivo principal es asegurar una comunicación ambiental veraz y fiable, además de evitar el greenwashing, del que ya hemos hablado anteriormente.
¿Realmente son un buen etiquetado?
En este caso es en función de cómo lo quieras ver, hay distintos tipos de Eco-Etiquetas, algunas de las cuales son fiables, están concedidas por órganos competentes y reflejan la competencia ambiental de cada producto.
El problema aparece cuando el objetivo se contradice y las empresas utilizan este etiquetado para hacer ver que son una empresa verde.
Hay una gran parte de las etiquetas que no necesitan de un órgano competente para ser asignadas, sino que las empresas pueden crear sus propias etiquetas y añadirlas a sus productos, es decir, las empresas se autoetiquetan, creando sellos muy parecidos a los oficiales para engañar al consumidor.
La consecuencia de este autoetiquetado es el aumento del Greenwashing en el mercado, puesto que en cualquier mercado vemos productos etiquetados, incluso vendiéndose por ecológicos productos que tienen un sello de reciclado, puesto que el envase pueda reciclarse, o productos sin gluten.
Tanto el Greenwashing como el autoetiquetado son un engaño para el consumidor, pues a cualquiera nos pueden colar distintos sellos o etiquetas.
Hace unos años en una visita a una producción ecológica de leche nos explicaron cómo funcionaba esto del etiquetado y mi conclusión en ese momento fue que habrá muchísimos productos que sí sean de los conocidos como ecológicos, pero que por la exigencia de la normativa de entrega de sellos no pueden tenerlos.
¿Qué podemos tomar como exigencia? Un ejemplo muy significativo es el que nos dieron en esta ganadería, pasaron muchos años hasta que los otorgasen los sellos de producción ecológica porque, más allá de fijar sus criterios en la idoneidad del producto elaborado, la calidad de vida de los animales o el envasado, necesitaban que la etiqueta que iba puesta en su envase fuera comestible. Si, ríete, pues nunca he visto a nadie comerse la etiqueta de una botella de leche. Pues ese era un requisito indispensable para que ellos obtuviesen el sello de producción ecológica.
Por último, también en cada mercado encontramos, por un lado, productos importados de otros países, envasados en plástico, con etiqueta ecológica y, por otro lado, productos nacionales, frescos, incluso de la misma población en algunos casos, pero sin etiquetado.
¿Realmente crees que un producto que ha sido importado y viene envasado en plástico es más ecológico, solo por tener una etiqueta, que un producto de tu mismo municipio?
Mientras nos guiemos por esas etiquetas, que muchas veces nos engañan, no valoraremos los productos de Km 0, no consumiremos productos de pequeñas empresas locales, no apoyaremos a las producciones que más apoyo necesitan.
Sin ir más lejos, debido a la gran crisis sanitaria que atravesamos, muchos son los municipios que se lanzan a hacer etiquetas propias para promocionarse como "turismo seguro", pero como ya hemos visto en este mismo artículo ¿Tiene eso alguna validación? o más bien la empresa distribuidora se está aprovechando de la situación para vender su producto.

Fuente imagen: reto Kommerling
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