Conservación de vertebrados
- laszapatillasdelucia
- 23 ene 2020
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Comenzamos este artículo analizando una tabla, es esta tabla tenemos los distintos grupos de animales vertebrados y su análisis tanto en Europa como particularmente en España. Acerca de su diversidad y cómo varía y sobre los distintos medios para analizar las amenazas sobre las especies. Para ello se analizan los distintos catálogos, en este caso el Libro Rojo (en el que se encuentran todas las especies existentes y su categoría de amenaza, desde aquellas que no están en peligro, hasta las que se encuentran en peligro crítico, a nivel mundial o nacional), CEEA es el Catálogo Español de Especies Amenazadas, realizado en el país y finalmente UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, la que es la autoridad mundial en cuanto al estado de la naturaleza).

En el caso de la conservación de los vertebrados, obviamente sabemos muchas más cosas de ellos, pero no todos los vertebrados son los mamíferos y las aves que se nos vienen a la mente, también encontramos anfibios, reptiles y peces.
Haciendo un análisis de la tabla anterior, es muy característico el apartado sin datos, puesto que, no poseemos el conocimiento absoluto de los animales que hay en el mundo y ni siquiera tenemos constancia de cómo se encuentran los animales que hay en nuestro país. Al final lo que más conocemos es aquello con lo que más tratamos y la distinción se realiza a partir del tamaño de una ardilla, todo lo que hay por encima de ese tamaño puede considerarse animal, con todas las letras, y relegamos a todo lo que hay por debajo de ese tamaño a llamarlo bicho. Esta distinción es todavía más grande en el caso de los peces, al cambiar de medio terrestre a medio acuático, la gran mayoría no siguen un registro de cómo se encuentran esas especies y es muy difícil poder categorizarlas.
Pese a tratar todo como un auténtico desastre, quería resaltar un caso de especie de la que se está haciendo una buena medida de conservación. Para llamar la atención de todos vamos a hablar de un animal y no de un bicho, todos conocemos al Oso Pardo, la actualización de los datos es de hace un par de años, pero me consta que las cifras van mejorando a pesar de no poseer las exactas.
En la Península Ibérica quedan unos 280 osos, en total, 240 de ellos se encuentran en la Cordillera Cantábrica y el resto en Pirineos. En España el gran mamífero por excelencia del que sabemos y controlamos es el Lince Ibérico, en este caso, el del Oso, se trata de una especie que en el Catálogo Español de Especies Amenazadas se encuentra en peligro de extinción y en el Libro Rojo en peligro crítico, protegido por cantidad de convenios internacionales y regulado en las comunidades del norte de la península.
Las amenazas de esta especie fueron la caza furtiva hasta el año 1973, en el cual se prohibió la caza del oso, el veneno de los cazadores furtivos, la alteración de los hábitats y un pequeño tamaño poblacional que deriva en una baja diversidad genética, traducido, se relacionan entre parientes porque son pocas familias.
Algunas de las medidas de conservación, efectivas, que se han llevado a cabo para la conservación de esta especie han sido la lucha contra el furtivismo, la conservación de su hábitat, como hemos visto en anteriores artículos con la creación de áreas protegidas, protegiendo el hábitat para proteger a la especie y generando medidas compensatorias para ganaderos de las zonas con poblaciones de osos, como indemnizaciones, perros guarda o protección de las colmenas.
Las poblaciones de Pirineos, debido a su baja variabilidad han necesitado de introducciones de osos procedentes de Eslovenia. Mientras tanto, en la Cordillera Cantábrica, encontramos dos especies separadas por grandes infraestructuras como es el caso de carreteras, tendidos eléctricos, etc… Para el paso de los individuos entre las zonas se creó el Corredor Interpoblacional, el cual no parecía que tuviese mucho éxito hasta que se analizaron genéticamente las poblaciones, puesto que comprobaron que la variabilidad genética había aumentado y por tanto aumentaban las posibilidades de recuperación de la especie.
Es muy complicado ver el avance de las especies, pero según el Libro Rojo, la categoría ha bajado en 2 años de “En Peligro Crítico” a “En Peligro de Extinción”. Esto se debe a las actuaciones y a las medidas conservatorias llevadas a cabo.

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